jueves, 10 de noviembre de 2011

Fin de la partida

La muerte es una parada en seco, dejar atrás todo un camino a gran velocidad, es tan solo un último suspiro de aire, de vida, que llega sin preguntar y sin saludar, que te secuestra y te lleva con ella, ¿a dónde? No es tan fácil saber a dónde te diriges cuando agarras su mano, seguramente a un rincón de olvido, de oscuridad, de frío, un frío que te recorre por dentro, congelando cada parte de tu cuerpo, secando tu aliento, atacándote por la espalda, en silencio, de la forma más cobarde, haciendo trampa en el tablero, matando tus fichas sin que te des cuenta, y acabando con tu rey de un golpe, poniéndole fin a tu partida, descalificándote de la vida, llevándose todas las respuestas y dejando todas las preguntas, preguntas sin razón, perdidas, suspendidas en el aire esperando a que alguien las agarre y haga algo más que apartarlas.
Porque eso hacemos todos, apartarlas y que pasen entre nuestras manos como humo que se pierde, no somos capaces de darles una respuesta, porque no somos capaces de enfrentarnos a ella, de mirarla a los ojos, y pronunciar una palabra. Nos invade el miedo, nos domina como títeres, nos paraliza dejándonos a su merced, y al final, retrocedemos, giramos la cabeza y evadimos la posible respuesta.
Hay gente que opina que la muerte llega cuando es nuestra hora, vivas como vivas, pero la mayoría la vivimos al límite, exprimiendo cada segundo, amarrándonos a la tierra, no queremos levantar los pies del suelo y no volverlos a poner, porque la vida se nos hace tan corta, y tan bella que dejarla es abandonar tu alma, dejar de ser. Porque cuando llega el día en el que aparece, tenemos todo un libro escrito, todo lo que hemos hecho en vida ha tenido una repercusión, si no hacemos algo nosotros, nadie más lo hará, dejamos huella en cada paso, algunas se las llevan las olas, pero una gran parte, por muy pequeñas que sean las pisamos en seco, y esas huellas no mueren, se quedan marcadas como en cemento, para siempre. Por eso la muerte es un corte entre el alma y el cuerpo, se lleva la capa que recubre nuestro alma, la manera de usarla, pero el alma la deja, ¿Y a qué lugar ocupa el alma en la Tierra? Todo lleno de preguntas y reflexiones, como dijo Marco Tulio Cicerón: ‘Toda la vida de los filósofos es una meditación sobre la muerte’. La muerte, ese beso negro que te arranca la vida.

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