sábado, 12 de noviembre de 2011

LA MUERTE: UN PASO MÁS

Empecé a pensar en la muerte cuando falleció me tía abuela. Me impactó bastante, aunque sabía que pasaría nunca caí realmente en que ya nunca más la volvería a ver, ya no podría verla más, ni escuchar su voz. Más adelante empecé a plantearme que algún día morirían mis familiares. Y entonces caí en la cuenta de que mis padres, aquellos que me dieron la vida y me han protegido y cuidado, algún día tendrían que morir. No quería pensar en ello ya que si les echaba muchísimo de menos cuando se iban de viaje, ¿qué pasarían si ya no regresaran nunca más? Decidí olvidar el tema, pero irremediablemente volvió a aparecer. Fue más adelante, cuando un día como otro cualquiera y sin que me lo esperara me comunicaron que el padre de un gran amigo mío se había muerto. El mismo hombre que me había llevado todas las mañanas al colegio, el que me encontraba por la calle cada vez que sacaba al perro, el que siempre me ayudaba , se había sumido en un sueño del que nunca despertaría, una travesía sin final. Fue un duro golpe difícil de asimilar.

Más adelante, ya olvidado el trágico episodio, volví a pensar en la muerte pero esta vez no en la de los demás, si no en la mía. Creo recordar que era un sábado con el cielo gris. Estaba anocheciendo. Fui a dar un paseo con mi perro a un pequeño parque y vi a un niño con su abuelo. Al ver al niño recordé lo feliz que eres cuando no te importaba nada. Y me miré a mi mismo y pensé en como el tiempo me había cambiado y en cómo había crecido. Y al mirar al abuelo pensé en que algún día yo sería así, y que más adelante moriría. Lo primero de todo ¿cómo moriría? ¿Sería al cruzar la calle, en la cama de un hospital, o en mi casa en un sueño que se alargaría indefinidamente? Y después, ¿cómo sería eso de estar muerto, se acabaría todo, habrá otra nueva vida, o tal vez me reencarnaría? ¿Pero así es como acabaría todo, sin más? Un día estas tan tranquilo y al siguiente eres borrado de la faz de la tierra. ¿Cuál sería el sentido de mi existencia? ¿Vivir sin más y ya está, se acabó todo? Eso de morirse me parece algo como muy lejano, como algo que nunca me pasará. Es como una sensación de inmortalidad. Como si fueras el protagonista de una película y nada malo pudiera pasarte. Pero en el fondo sabes que te llegará, y no sabes cómo, ni cuándo, pero pasará. La muerte es algo que a todos les llegará, ya seas rico, pobre, famoso, etc. Es un hecho que debes aceptar. Pero en mi opinión no tienes que vivir con miedo a la muerte, si no aprovechar la vida que se te ha ofrecido y vivirla lo más felizmente posible. El tema de la muerte es algo que nos ronda a todas las personas por la cabeza, pero que nadie quiera aceptarlo como un paso más, como parte natural del ciclo de la vida. La mayoría siente miedo y mucho respeto por la muerte, y sobre todo tristeza cuando le llega a algún ser querido. A casi nadie le apetece hablar sobre la muerte. Cuando somos pequeños nos enseñan matemáticas, historia, lengua, etc. Pero no nos dicen nada acerca de la muerte. Es algo que las personas individualmente reflexionan e intentan encontrar solución acerca de ese misterioso e inevitable suceso que es la muerte. Es algo que se plantea desde el origen del hombre y que sigue sin respuesta. Muchas religiones y culturas intentan darle una explicación a esta gran incógnita que es la muerte. A todos nos entra curiosidad el tema de la muerte pero también mucho respeto.

Una frase que me viene a la cabeza cuando me nombran la muerte es la que menciona Russell Crowe en el papel de Máximo en la película “Gladiator” que dice: “La muerte nos sonríe a todos, devolvámosle la sonrisa”. Así que no debemos preocuparnos por la muerte, pues es algo que a todos nos tocará a algún día. Así que aprovechemos esta vida que se nos ha dado ya que no sabemos que habrá más allá de la muerte.

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