sábado, 12 de noviembre de 2011

Muerte, ¿una incognita?

El término muerte es una palabra que ha suscitado una cantidad considerable de cuestiones que nadie puede responder como: ¿Qué hay después de la muerte?, o ¿existe la inmortalidad? Etc.

A todo este conjunto de preguntas podríamos decir que son unas cuestiones que no tienen respuesta y que solamente las personas que ya han muerto podrían contestar, y eso es imposible.

Con respecto a la pregunta: ¿Qué hay después de la muerte?, voy a comentar que no hay nada seguro y hay distintas opiniones acerca de de lo que hay más allá de la vida.

Una de ellas expone que una vez que has muerto tu vida acaba y no hay nada más después. Esta es la teoría normalmente de los ateos, que no creen en ninguna religión en concreto y creen que no hay nada más aparte del cuerpo, que el alma no está ni se necesita para vivir.

Las personas que sí creen en una religión en concreto también pueden pensar en la muerte de una forma u otra, dependiendo de la religión que se trate. La religión cristiana piensa que los muertos van con Dios para la eternidad,pero, por contraposición, la religión budista, cree en la reencarnación de las personas y animales. Éstos exponen que, cuando mueres, tu alma sale del cuerpo y busca otro que no ha nacido y necesita un alma para vivir. Por lo tanto un alma puede tener muchos cuerpos en toda la historia, pero el nuevo cuerpo que tiene esa alma no se acuerda de quien era antes y cómo era o hace cuanto vivió, porque según esta religión, te puedes reencarnar muchos años después de morir, así, puedes morir en 2011 y reencarnarte en otra persona o animal al cabo de muchos siglos.

Nadie puede decir qué teoría es la más aceptada y será una pregunta que nos hagamos siempre, Pero lo que si podemos saber, y de hecho sabemos es que la muerte nunca es buena y que tarde o temprano a todos nos va a llegar de una manera u otra y que si muere una persona cercana a nosotros, que apreciábamos, nos va a doler seguro y pensaremos en esa persona.

Esto es lo que me pasó a mí de pequeño, cuando mis padres me dijeron que mi abuela estaba muy enferma y estaba en el hospital.Cuando ella murió, mis padres prefirieron no decírmelo para que no sufriera, pero me enteré por mí mismo y no pudieron evitar mi pena.

Esto me hizo recapacitar y ver que hay que querer más a las personas que te rodean, porque cuando no tienes a esa persona a tu lado, es cuando te das cuenta de lo que vale de verdad y lo que hacía por tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario