sábado, 12 de noviembre de 2011

MUERTE, SI O SI

En esta vida, solo hay una cosa de la cual estamos totalmente seguros, que indudablemente tarde o temprano nos llegará a todos, la muerte.

La muerte es uno de los grandes enigmas del ser humano, todos sabemos que algún día llegará la hora en la que nuestra vida se pare, o la de amigos, familiares, etc. Pero no tenemos la remota idea de qué pasará en el instante en el que nuestro cuerpo se paralice completamente.

La muerte es como una sombra que poco a poco va aumentando su tamaño en cada uno de nosotros, será porque cada día que pasa la vemos más cercana, cada instante que sucede (que no se podrá recuperar) nos acerca a ella. Cuando pensamos en la muerte, la sombra se hace un poquito más grande, oscurece una parte de nuestros pensamientos, que nos permite hacer un recuento de nuestros recuerdos y de los recuerdos que podremos seguir almacenando, que como hasta hoy día creemos no podrán ser infinitos. Y digo creemos porque no hay nada seguro; ¿Existirá una reencarnación cuando ésta acabe? ¿Somos simplemente un ‘’juego’’ de alguien superior? ¿Quedarán nuestros recuerdos y pensamientos tendidos en la nada, o como solemos llamar, en nuestra alma?

Infinitas preguntas más podríamos sacar de cada una de nuestras cabezas, ideas religiosas y experimentos científicos. Y es que todo humano necesita respuestas para cualquier cuestión que se le presente. Todas estas opiniones y teorías que podemos encontrar gracias a que la concepción de la realidad humana no es la misma para todos.

Según la teoría monista, el ser humano está constituido únicamente por su dimensión material, el cuerpo. De este modo rechaza la posibilidad de existencia de una segunda dimensión que conoceríamos como: el alma y la mente. Por lo que podríamos sacar de conclusión con esta teoría que la muerte significa el fin de la existencia humana y que nada hay después de la misma.

Existe otra teoría que divide la vida en material (cuerpo) y espiritual (alma), defendida por Platón, Descartes y Aristóteles y grandes religiones. En ella la muerte se plantea como la separación de la vida material de la espiritual.

La falta de conocimientos que experimentamos sobre ésta, nos proporciona un malestar continuo, que a veces nos hace plantearnos la razón de nuestra existencia, nuestro origen, el origen de hasta el microorganismo más insignificante que pueda existir en la Tierra. Y puesto que es complicado averiguar todas las cuestiones que planteamos, ¿Por qué no intentar vivir nuestra vida plenamente?

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