jueves, 10 de noviembre de 2011

La muerte como principio, o como fin


No se puede dar una definición objetiva de la muerte, ya que cada persona la ve desde su punto de vista que a menudo viene influido por su creencia o su religión.
La creencia de la no existencia de vida tras la muerte implica que la vida no tiene un fin concreto, por eso las religiones siempre han buscado responder a esta pregunta, no hay religión (por lo menos que yo conozca) que no intente darle un sentido para no hacer de la vida un espacio de tiempo vacío.
Por otra parte, también algunas personas ven la muerte como cumbre, como algo igualatorio, que tanto la sufres sea cual sea tu condición.
Tratando un punto que asusta sobre la muerte, me gustaría citar a Nach:
“Pero quien es inmune a la inclemencia de esta realidad
y asume su tortura sin quejidos
quien no ha sufrido la falta de un ser querido
que se va sin haber vivido, sin hallar sentido.”

O esto otro:
“Y el tiempo pasa tan rápido que hasta el dolor se olvida
maldigo a quien te negó el regalo de sentir el sol
de ver amanecer, de conocer a tu primer amor
maldigo a esta existencia endeble, que nos envuelve en fiebres
de un terror que hierve por que pierde lo que ama
pero tu llama hermana, aun derrama cera en mi recuerdo
y en este corazón latiendo te conservo.”
 
-¿Porqué existe la muerte?
-¿Debemos empeñarnos en mantener el dolor de la muerte de un ser querido o es mejor dejarlo morir aunque cueste no hundirnos en la tristeza?
-¿Pensamos realmente que una persona vive sólo mientras se la recuerda? ¿No merecen vivir entonces aquellos ancianos de los que nadie ya se  acuerda?
-¿Podemos mantener a alguien en nuestro corazón eternamente sin que lleguemos a aceptar su muerte, sin intentar buscarle un sentido, sin darnos cuenta de que su misión en el mundo ha terminado?

Siempre lo que nos asusta es lo desconocido, por eso muchas veces intentamos buscar un porqué a las muertes de personas de nuestro alrededor y al no encontrarlas culpamos a Dios.

Hace poco vi a una mujer cercana a mi enterrar a su hija de dos meses no sin tristeza, pero aceptando su muerte. Y sabed que es muy triste ver la imagen de una madre echada sobre un ataúd que guarda el cuerpo de un hijo demasiado pequeño para haber muerto.

Pero, solo una madre, un padre o un hijo saben lo que significa perder a uno de los otros dos, por eso se que el conocimiento sobre la muerte se gana con la experiencia aunque no hay que darse prisa en querer adquirir este conocimiento, ya vendrá cuando más duela.


¿Cómo se debe sentir una persona que tiene la certeza de que la persona a la que más ama se consume rápidamente y que tiempo que le consume?
¿Y cómo se sentirá una persona que siente que su vida se le escapa y que todo lo que ha amado lo deja atrás?

No podemos tener certeza sobre lo que nos depara tras la muerte, solo o una esperanza, o la creencia de una existencia, vana, efímera, fugaz y vacía. Por esto, podemos saber que es morirse, pero no que es morirnos ya que nunca lo hemos experimentado. Podemos decir también que la muerte, desde el punto de vista personal, no es un acontecimiento, por que tú puedes vivir un acontecimiento, pero obviamente no puedes vivir tu muerte, sí, la de otra persona y así que siempre que hablamos de la muerte lo hacemos de forma externa a nosotros mismos.

Lo que está claro es que lo único que hace falta para morir es estar vivos, lo que nos hace a todos esclavos del destino y dependientes de esta verdad innegable que podemos llevar a cuestas preocupados por su llegada. Como Fernando Savater explica cambiar la muerte de alguien por la tuya no evita la muerte de éste, es decir, que por que alguien se ofrezca a morir en lugar de otro no hace a este otro inmortal, sino que retrasa el momento de la muerte de este último de forma indefinida, que puede ser mañana, o dentro de 20 años, pero al final muere.
Así que resulta absurdo preocuparse al pensar en la muerte porque nos impide estar vivos malgastando aún más el tiempo de vida del que nos quejamos por su brevedad, tiene más sentido cómo dice, Fernando Savater,  preocuparnos en mayor medida por el sentido de nuestro nacimiento
Es absurdo experimentar con la muerte ya que no se puede encontrar un punto intermedio y en cuanto se te muera la persona del experimento, a la porra con el experimento. Hay quienes consideran las afirmaciones de personas que han estado “muertos” y que se han recuperado de un coma, pero yo creo que es una fuente poco fiable.
Ahora también me gustaría mencionar a Henry Van Dyke:
“El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre.”
Esto nos debería plantear las siguientes preguntas:
¿Nos conformaremos con dejar a nuestros hijos lo que hemos poseído?
¿No deberíamos mejor dejarles lo que hemos sido? ¿Transmitirles todo lo que hemos aprendido no es la mejor herencia?
Definir la muerte como ausencia de vida es todo lo que objetivamente se ha podido decir sobre la muerte, por esto es necesario que cada uno decida qué punto de vista le parece más real y si prefiere ver la muerte como final o como principio, yo la elijo como principio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario