domingo, 11 de diciembre de 2011

MIOPE CORAZÓN

Durante la vida pasamos por muchas etapas en las que nos aislamos en nuestros propios pensamientos o creencias, volviéndolos únicos e intangibles, de manera que nos encerramos en nuestra falsa realidad y echamos la llave por dentro, impidiendo al Sol que nos muestre más allá de los rayos que entran por la ventana. Desde dentro creemos que los únicos rayos de luz que existen son los que se reflejan en la pared del cuarto y eso no es así.

‘‘¿Es que no te das cuenta?’’ En numerosas ocasiones nos han hecho preguntas como ésta para hacernos entrar en razón sobre algo en lo que nos hemos empeñado en cuerpo y alma de que es como lo decimos, y estamos cien por cien seguros de que son los demás los que no lo entienden y se equivocan, como puede ser desde un problema de matemáticas hasta creer que nos ama alguien que no quiere estar con nosotros o que simplemente nos utiliza… Y así nos resguardamos en la mentira por mucho que nuestros cercanos nos quieran hacer entender, hasta que los hechos poco a poco van tirando la puerta abajo, dejando entrar los rayos de sol, la dura verdad, que nos asalta con todas sus armas, hiriéndonos y haciéndonos conscientes de que hemos vivido en nuestro propio engaño.

Pero es que hay algo bajo la piel, en el interior, que no nos deja ser nosotros, que no nos deja actuar por nosotros mismos, que nos paraliza, que nos evade de la realidad, nos anula y que nos vuelve ciegos de lo que él no quiere ver, de lo que él no quiere sentir.

Y es que aunque queramos, no podemos ir en contra de ese algo interior ,porque es más fuerte, más duro y más férreo que nuestra voluntad. ¿Cómo el corazón puede ser tan pequeño y a la vez tan poderoso que no nos deja ver más allá de lo que él siente y necesita? El corazón es el dueño de nuestro ego, capaz de llevarnos a hacer cosas que en condiciones normales no haríamos y los ojos no ven más de lo que él no quiere ver, ya que el corazón no se guía por lo que ve, sino por lo que siente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario