domingo, 11 de diciembre de 2011

Ante la realidad, abramos los ojos

El otro día vi la película “The Blind Side. Un sueño posible”. Trata sobre un chico con una familia pobre que es separado de su madre de pequeño y tuvo la suerte de que una familia rica lo acogiera. Y en una escena estaban el chico y su madre adoptiva hablando. El chico le contó que cuando su madre se drogaba o hacía algo malo le decía: “cierra los ojos, cuando cuente tres ábrelos. El pasado se ha ido, el mundo es un buen lugar y todo irá muy bien.”

Eso es lo que hacemos nosotros. Cuando vemos algo a nuestro alrededor que no está bien, cuando vemos a una persona pidiendo por la calle, o a un niño robando en vez de estar en el colegio, nos callamos, cerramos los ojos y apartamos la mirada. Porque si no ves algo, no sufres por ello. Pero yo creo que eso se llama cobardía. Sí, somos unos cobardes porque no nos queremos enfrentar al mundo que nos ha tocado vivir.

Aunque también nos ocurre todo lo contrario, que hemos visto ya tantas veces las consecuencias del hambre, de la soledad, de las enfermedades que ya ni nos afecta. Día tras día viendo en las noticias guerras, violaciones, tantas injusticias que al final no provoca en nosotros ningún sentimiento, ni de culpabilidad, ni compasión…nada. Creemos que si no lo vemos no nos afectará, que así podremos dormir tranquilos, ¿pero es eso verdad? Porque yo cada vez que voy por la calle y alguien me pide comida o dinero, la verdad es que no le doy ninguna de las dos cosas, como la mayoría de la gente, sigo andando. Pero, ¿a que eso cambiaría si el que estuviese así lo conociésemos o si fuésemos nosotros mismos? Pero claro, no sabemos lo que siente esa persona por tener que estar en pleno invierno tirado en la calle y pidiendo dinero y ver que todo el mundo pasa de ti, porque eso no lo hemos vivido y lo más seguro es que pensemos que nunca nos tocará vivirlo. Hasta que no vivamos esa realidad, nuestro corazón nunca podrá sentir lo mismo que esa persona.

También es cierto que, a veces no eres tú el que cierra los ojos ante la realidad, sino que son otros los que no te dejan ver lo que ocurre, por ejemplo mintiéndote. Ahí son los demás los que te vendan los ojos, los que te impiden conocer la realidad, porque piensan que mientras tú no sepas la verdad, nada te afectará.

Pero las cosas son distintas cuando hablamos del amor. ¿Se ama con los ojos o con el corazón? ¿No dicen que el amor es ciego? Porque con los ojos vemos los defectos, los fallos, los errores de la otra persona, pero somos capaces de amarla, porque el corazón es lo único que nos dice que eso no importa, que el amor supera esos defectos.

Así que yo creo que el refrán “ojos que no ven, corazón que no siente” es verdad, pero lo usamos de forma equivocada, poniéndolo de excusa ante las injusticias que pasan a nuestro lado. Porque tú no puedes ver algo sin que despierte en ti un mínimo sentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario