lunes, 19 de marzo de 2012

La libertad: ¿un don o un trofeo?

¿La libertad es algo que tenemos al nacer o la vamos consiguiendo conforme crecemos? Es decir, ¿la libertad es un don o un trofeo? Yo creo que la libertad depende mucho de la situación en la que vivas y del tipo de libertad de la que estemos hablando (ya que puede ser a nivel religioso, político, social…). Puedes vivir en un país en el que por la calle pasean sin miedo blancos y negros, musulmanes y cristianos, niños y personas mayores, o por el contrario puedes vivir en un país en el que todos son de la misma religión y siguen unas normas muy estrictas, o en el que eres una persona blanca y tienes miedo de pasar por determinadas zonas de una ciudad…

Y la libertad también depende mucho de uno mismo. Una persona en unas circunstancias puede sentirse libre, mientras que otra en las mismas circunstancias sienta lo contrario.

Yo pienso que en parte es un don y en parte es un trofeo que nos ganamos a lo largo de nuestra vida. Porque tú puedes nacer con una libertad, que normalmente es la libertad que tus padres han conseguido, pero a lo largo de tu vida esos límites entre los que está tu libertad se pueden ensanchar o pueden disminuir dependiendo de los actos que realicemos.

Creo que es importante también diferenciar entre la libertad de acción y la libertad de decisión. Porque, por ejemplo, yo puedo elegir entre estudiar Bachillerato o no, pero una persona que está en la cárcel no puede elegir entre salir o no, porque no tiene esa posibilidad.

Pero una pregunta que me hago es: ¿somos realmente libres, o solo nos creemos libres? Porque por muy libres que queramos ser, las normas y las leyes siguen estando ahí y no las podemos sobrepasar. Así que somos libres a medias, hasta un cierto punto, hasta el punto en el que dicen las leyes o hasta la libertad de la otra persona.

Aceptémoslo, nunca viviremos en una sociedad totalmente libre, porque sería un caos, cada uno actuaría como le pareciera sin tener en cuenta a los demás. Por eso necesitamos normas, necesitamos unos límites que nos marquen que esto está bien y esto está mal. Pero siempre podremos tener un equilibrio entre la libertad y las normas, no como en algunos países donde las normas están por encima de la libertad o al contrario. O a veces no son unas normas puestas por nosotros las que nos delimitan nuestra libertad, sino que el límite somos nosotros, nuestro cuerpo. Por ejemplo, yo puedo tener la libertad de tirarme por un puente, pero después, lo normal es que nuestro cuerpo muera. Así que no podemos hablar de libertad, con todo lo que incluye esta palabra, sino más bien de una libertad condicionada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario