domingo, 18 de marzo de 2012

La Libertad Guiando al Pueblo


La Libertad guiando al pueblo es un cuadro realizado por Eugene Delacroix en 1830. Pintado durante el romanticismo francés, representa a la libertad como una figura alegórica de mujer muy sensual y real. En el lienzo está representado, entre otros, un moribundo a los pies de la Libertad que la mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella. Como una hermosa mujer, la Libertad se representa como lo efímero, algo que no se posee pero que se conquista.

Es una banalidad pensar que somos libres. A pesar de ser una cualidad inherente al hombre, desde recién nacidos se nos es impuesto una cultura, unos valores y un modo de vida que aceptamos como válidos, pues no tenemos criterio alguno para negarlos. Por tanto nunca seremos libres. Tal como dijo el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau, el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado.

La película La lengua de las mariposas nos da una lección de esto. Como cita en un pasaje Don Gregorio, una generación libre es esa turbulenta etapa de la historia supondría un gran cambio. Esta libertad sólo se consigue, o conquista, por medio de una educación absenta de ninguna ideología política, rica en valores y que requiere de un gran esfuerzo. La crueldad de la guerra hace que en cuestión de segundos la proyección de lo que sería un hombre libre se torne en un niño esclavo de un pensamiento, privado de su libertad.

En mi opinión, solo deshaciéndonos de nuestros perjuicios y ataduras sociales podremos ser libres. Es más una conquista cultural que nos permita elaborar nuestro propio pensamiento lo que nos acerca a la libertad. La sociedad actual plantea mucha controversia en este sentido. Porque ¿somos más libres cuanta más información recibamos? ¿Es la libertad de expresión un aliciente o una barrera para el desarrollo de nuestro propio pensamiento?

El hombre, desde que el mundo es mundo, busca expresarse, es consciente de su represión y se revela ante ella. Como he dicho antes, la culturización es nuestra forma de combatir esta falta de libertad. ¿Pero hasta que punto nos afectan los pensamientos ajenos?

No sé si cuanto más nos desarrollamos tecnológicamente más libres somos. Recibimos un torrente de información diariamente, pero no hemos aprendido a ser críticos con ella. Nos afecta la libertad ajena, es decir, podemos estar de acuerdo o no con una opinión que hayamos leído en un periódico, ¿pero tenemos argumentos que lo sostengan? Creo que la sobreinformación no es sinónimo de desarrollo cultural, ni siquiera somos conscientes de las barreras ideológicas que nos impone.

Por todo esto, hemos de conquistar nuestra propia libertad, en el sentido más abstracto de la palabra. Etimológicamente libertad viene tanto de amor como de miedo. Amor e inquietud por aprender, miedo a lo desconocido. Pensamos que lo sabemos todo, o que todo ello está al alcance de un clic, pero lo desconocido son las fronteras de nuestro propio intelecto o razón.
¿Por qué hasta donde queremos ser capaces de pensar, aprender o cuestionarnos para conquistar nuestra libertad?

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