El desarrollo de las
nuevas tecnologías y su aplicación en el campo de la comunicación ha supuesto
la llamada "Revolución de la Información". Esta revolución, que puede
suponer un cambio de era, afecta a todos los campos de la sociedad, modelando
aspectos culturales, éticos, de la educación, nuestras relaciones personales,… Además,
esta nueva era tiene su base en la globalización; la ruptura de las fronteras
para poder acceder a tiempo real a cualquier lugar.
La revolución de Internet, a pesar de que ha
significado un gran avance, presenta grandes desventajas. Unas de ellas es la
dificultad de ejercer un control sobre los contenidos que se filtran en la Red.
Muchos usuarios no son conscientes de que su presencia en Internet va dejando
rastro, y puede desembocar en una violación de la intimidad y libertad. Se
puede conocer todo acerca de ti, cómo quieran y cuándo quieran. Es realmente
inquietante pensar todo lo que alguien puede llegar a hacer con toda esta
cantidad de información “privada”.
Otra de las desventajas
es que el acceso a la información tan fácil y rápidamente cada vez impulsa menos el verdadero conocimiento y el
pensamiento crítico. La mayoría de información disponible en la Red no está
contrastada ni estructurada. Nos desinforma o manipula con tan solo hacer un
“clic”.
En conclusión, los
usuarios de estas nuevas tecnologías actuamos constantemente como emisores o
receptores inconscientes. Es algo integrado en nuestras vidas y debemos
aprender que el intercambio de información tiene un precio, a veces, demasiado
alto.
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