domingo, 29 de abril de 2012

¿QUIÉN PUDO IMAGIANAR TANTAS TECNOLOGÍAS?


          Hoy en día tenemos cosas, que ni nuestros padres podrían haber imaginado que llegarían a existir. Por ejemplo, el Skype: ¿cómo puede ser posible que puedas hablar con personas de otro país a la vez que las ves por una cámara? Con la de cartas que se tuvieron que escribir nuestros padres entre amigos para poder hablar comunicarse. Ellos nunca creerían que existiría una red social internacional como Facebook, donde puedes compartir tus fotos digitalmente… ¡IMPENSABLE!
            Pues entonces, digo yo que por la misma regla de tres, lo que nosotros ahora consideremos imposible, podrá ser lo más normal del mundo dentro de treinta o cuarenta años.
            Las tecnologías van avanzando rápidamente, pero no nos damos cuenta hasta que no echamos la vista atrás y comparamos los videojuegos de hoy en día con los primeros; así como las televisiones, los teléfonos móviles, los relojes de pulsera, los coches…
            Pero la tecnología no es una maravilla del todo, sino se utiliza con buen propósito. Ya que gracias al desarrollo de la tecnología cada vez se crean mejores armas, mejores bombas…
            Las nuevas tecnologías en un principio se creaba para facilitarnos la vida y hacérnosla más cómoda. Ahora también, obviamente, pero también se desarrolla por el beneficio económico. Este beneficio económico repercute solo en unos pocos; ya que como dice en el libro de Alfonso Gago, la tecnología la crean los débiles, por necesidad, y la gente con poder se apropia de las tecnologías, y por lo tanto de ese beneficio
            Con demasiada frecuencia, la nueva tecnología se desarrolla con poca atención a su impacto sobre los valores humanos. La producción masiva de automóviles, por ejemplo, tuvo efectos profundos sobre las ciudades y el medio ambiente, pero la cosa es crear y vender, innovar y vender,
            Al final todo acaba llevándonos al consumismo. Quiero decir: hay un hombre que ha inventado una bombilla como las que usamos diariamente, sólo que puede llegar a durar setenta años. Pero, ha sido amenazado de muerte junto con toda su familia, si la saca al mercado, ya que si seguimos usando las que solo duran dos años (o menos), tendremos que comprar más. En definitiva, ahora importa más el beneficio económico que la mejora de nuestras vidas.
            Y llega un momento en que no podemos saber si estamos mejorando o empeorando. Porque nuestra comunicación con los amigos y familias va disminuyendo, debido a los aparatos electrónicos.
             Esto lo digo porque yo he escuchado a mi prima de seis años, decirle a su madre: “Mamá, te quiero más que al Tamagotchi” ¿por qué compara el amor de madre-hija, con el de un aparato electrónico? ¿Será porque pasa más tiempo con las maquinitas que con sus padres?
            Esto no debe ser así, por lo que tenemos que tener cuidado de no olvidar las buenas costumbres, de no sustituir la comunicación con tus amigos y familiares por una máquina.





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