Hoy
en día tenemos cosas, que ni nuestros padres podrían haber imaginado que
llegarían a existir. Por ejemplo, el Skype: ¿cómo puede ser posible que puedas
hablar con personas de otro país a la vez que las ves por una cámara? Con la de
cartas que se tuvieron que escribir nuestros padres entre amigos para poder
hablar comunicarse. Ellos nunca creerían que existiría una red social
internacional como Facebook, donde puedes compartir tus fotos digitalmente…
¡IMPENSABLE!
Pues
entonces, digo yo que por la misma regla de tres, lo que nosotros ahora
consideremos imposible, podrá ser lo más normal del mundo dentro de treinta o
cuarenta años.
Las
tecnologías van avanzando rápidamente, pero no nos damos cuenta hasta que no
echamos la vista atrás y comparamos los videojuegos de hoy en día con los
primeros; así como las televisiones, los teléfonos móviles, los relojes de
pulsera, los coches…
Pero
la tecnología no es una maravilla del todo, sino se utiliza con buen propósito.
Ya que gracias al desarrollo de la tecnología cada vez se crean mejores armas,
mejores bombas…
Las
nuevas tecnologías en un principio se creaba para facilitarnos la vida y
hacérnosla más cómoda. Ahora también, obviamente, pero también se desarrolla
por el beneficio económico. Este beneficio económico repercute solo en unos
pocos; ya que como dice en el libro de Alfonso Gago, la tecnología la crean los
débiles, por necesidad, y la gente con poder se apropia de las tecnologías, y
por lo tanto de ese beneficio
Con
demasiada frecuencia, la nueva tecnología se desarrolla con poca atención a su
impacto sobre los valores humanos. La producción masiva de automóviles, por
ejemplo, tuvo efectos profundos sobre las ciudades y el medio ambiente, pero la
cosa es crear y vender, innovar y vender,
Al
final todo acaba llevándonos al consumismo. Quiero decir: hay un hombre que ha
inventado una bombilla como las que usamos diariamente, sólo que puede llegar a
durar setenta años. Pero, ha sido amenazado de muerte junto con toda su
familia, si la saca al mercado, ya que si seguimos usando las que solo duran
dos años (o menos), tendremos que comprar más. En definitiva, ahora importa más
el beneficio económico que la mejora de nuestras vidas.
Y llega
un momento en que no podemos saber si estamos mejorando o empeorando. Porque
nuestra comunicación con los amigos y familias va disminuyendo, debido a los
aparatos electrónicos.
Esto lo digo porque yo he escuchado a mi prima
de seis años, decirle a su madre: “Mamá, te quiero más que al Tamagotchi” ¿por
qué compara el amor de madre-hija, con el de un aparato electrónico? ¿Será
porque pasa más tiempo con las maquinitas que con sus padres?
Esto
no debe ser así, por lo que tenemos que tener cuidado de no olvidar las buenas
costumbres, de no sustituir la comunicación con tus amigos y familiares por una
máquina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario