TECNOLOGÍA,
UN PLACER PARA UNOS POCOS
Cada vez la
tecnología está más avanzada. Año tras año los científicos y los investigadores
nos sorprenden con nuevos avances que permitirán hacernos la vida más fácil y
mejorar la calidad de esta. Pero, ¿solo nos aporta beneficios, o la
implantación de nuevas tecnologías trae también consigo una serie de aspectos
que harán que salgamos mal parados?. Existe una gran polémica alrededor de este
asunto. Si preguntáramos a la gente sobre si el desarrollo de la tecnología es
bueno o malo, la mayoría respondería de primeras que es bueno, indispensable,
pero si se parasen a pensar y reflexionaran sobre el asunto, seguro que
encontrarían defectos a estos avances.
La
tecnología se define como el conjunto
de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del
conocimiento científico. Esta definición afirma que la tecnología es práctica.
Si hacemos caso a esto, no podríamos decir que la tecnología fuese algo
perjudicial, y es verdad que puede que resulte siempre práctica, pero no para
todos.
Normalmente no todo el mundo se
beneficia de los avances tecnológicos, sobre todo en el momento en el que se
implantan. Cuando un nuevo avance aparece, solo disfrutan de él unos pocos, sea
quien sea quien lo haya desarrollado. Ejemplos de este caso se suceden a lo
largo de toda la historia. Cuando apareció la rueda, por ejemplo, no todo el
mundo disponía de ella, solo algunos privilegiados. Los que no tenían la suerte
de gozar de este adelanto, tenían que conformarse con las tecnologías de
transporte que se habían implantado hacía tiempo. Con el paso de los años, todo
el mundo pudo tener ruedas para transportarse, pero no cuando esta surgió, y
aún así, seguro que todavía hay gente que no puede usarla. Podemos pensar en un
ejemplo más actual, como la tecnología táctil. Cuando los primeros dispositivos
táctiles aparecieron, aquel que tenía uno, era la envidia de todo el mundo, sin
embargo en este momento, casi todos tienen un móvil táctil y nadie presume de
eso. Pero esto ocurre solo en los países desarrollados. Los países del tercer
mundo y la mayoría de su población, todavía tendrá que esperar mucho tiempo
para poder disfrutar de este avance tecnológico.
Apoyando esta idea de que la
tecnología no está al alcance de todos, podríamos afirmar que aunque sea buena,
su reparto no es equitativo. Alfonso Gago dice que son los débiles quienes
crean la tecnología, porque al tener más necesidades, agudizan el ingenio. En
cambio, son los poderosos quienes acaban poseyéndola, por la necesidad que
sufren de mantener su capital.
Sin embargo, los débiles no pueden
realizar avances tecnológicos sin más, dependen de una inversión económica para
poder desarrollar sus ideas. Esta inversión de capital viene dada por los
poderosos, que poseerán la tecnología para la que han invertido. Entonces, para
que la tecnología evolucione, se necesita de un combustible, el dinero.
Pero los avances en la tecnología
tienen más beneficios que defectos. Han mejorado notablemente nuestra calidad
de vida y han permitido el aumento de la
población, entre otras cosas. Aún así, la tecnología sigue siendo disfrutable
para unos pocos, y dominada por una minoría ínfima. Los avances tendrían que
destinarse para suplir las necesidades de la población de todo el planeta. El
hambre en el mundo se podría erradicar con la tecnología de la que disponemos,
¿y porqué no se hace?, por que no sale rentable. Así, la tecnología no borrará
sus defectos hasta que afecte a todo el mundo por igual.
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