domingo, 17 de junio de 2012

POLÍTICA DE AMBICIÓN

Cuando nos preguntamos sobre la libertad, sobre hacia dónde vamos, sobre que será lo siguiente, qué es lo que hay más allá...son cuestiones por las que podemos reflexionar o no y podemos buscarles respuestas, cada una de ellas distintas, según la persona que medite sobre estos asuntos.
¿Podriamos encontrar un punto en común a cada una de estas cuestiones?, cuestiones, preguntas diferentes..pero con un punto en común relacionado con un destino, un destino basado en una serie de normas, y, ¿quién crea esas normas?.
Cada región tiene sus conjuntos de normas y leyes que deben respetarse en esa zona, pero ¿si esas leyes son la base para que la cuidadanía funcione mejor y pueda desarrollarse, no deberían ser las leyes las mismas en cada lugar?
Un ejemplo práctico es lo del tabaco, como en algunos países ni siquiera está permitido fumar por la calle y en cambio en países como en España da igual que un policía vea a un menor fumando.
O el hecho de la pena de cárcel. Recuerdo el verano pasado el tema del asesino de Oslo, y había quejas porque allí los años máximos de cárcel eran pocos.
Y esto me lleva a pensar, ¿ habrá algo más allá del sistema judicial, de los valores que hagan que las leyes sean distintas en cada país?
En América está permitido el tener armas en una casa y poder utilizarlas si alguien que no quieres entra en tu casa, ¿ a quién beneficia eso?. A los comercios que venden armas. ¿ Y si eso está aprobado por el Estado?, parte de ese dinero irá al Estado.
En el caso del tabaco de antes, nos dan un paqete que pone que fumar mata pero nos lo venden igualmente, todo porque beneficia al Estado.
Quizá sea algo rebuscado pensar así, pero ya los filósofos antiguos nos decían que todo lo que rodea el sistema judicial está relacionado con la filosofía y en cierto modo es así, ya qie ese concepto nos hace debatir sobre muchas cuestiones.
Sabemos que aunque queramos admitirlo o no el beneficia de dos personas está por encima que la desgracia de una, y esto es asi..por lo que tal vez, en lugar de juzgar el sistema judicial deberiamos hacer una autocrítica sobre nuestros valores humanos, porque, ¿es posible un buen sistema judicial sin unos valores humanos inculcados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario