En los tribunales de medio mundo siempre parece
la diosa Temis, que representa la justicia. Y en esa diosa se representan todos
los puntos importantes que debe cumplir la justicia de un país:
-Los ojos vendados, que significan que la
justicia debe ser ejercida sin mirar a quién va dirigida, como sinónimo de
equidad.
-La balanza, donde se pesan las razones a favor y
en contra para otorgar un fallo justo.
-Y por último, la espada, arma simbólica que
protege la ley y la hace cumplir, es decir, la fuerza de la justicia.
Yo después de esto me pregunto: ¿de verdad
nuestra justicia, la justicia de España, cumple todos esos puntos?
La justicia se creó para establecer unas normas y
reglas, que prohíben o permiten acciones específicas en la interacción de
individuos e instituciones, pero a veces pensamos que la justicia no está de
nuestra parte y más aún en estos tiempos, donde vemos que los políticos nos
engañan y donde la justicia no hace nada por evitarlo.
¿De verdad esta justicia está siendo justa ahora
mismo? Francisco de Quevedo responde a mi pregunta con una sabia afirmación:
menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
A lo mejor si yo viviera en otra época no estaría
de acuerdo con esta frase, pero tal y como estamos ahora no se me pasa por la
cabeza negarla. Ya no sé si pensar en la justicia, porque se ha vuelto una
justicia para unos pocos y no para el pueblo, porque la justicia es justicia
según el castigo impuesto al crimen cometido y por lo que escucho en las
noticias, ni los castigos llegan a la altura del crimen cometido ni se cumple
dicho castigo, porque lo que al principio son 10 años en la cárcel, al final se
pueden reducir a la mitad “por buena conducta”, aunque yo no creo que exista la
buena conducta después de que una persona haya robado o haya matado, por muy
arrepentida que esta pueda estar.
Creo que muchas personas coincidimos en el sueño
de poder vivir en una sociedad donde la justicia hace de verdad su trabajo,
donde si un político roba dinero del pueblo que se le castigue devolviendo lo
que ha quitado y yendo a la cárcel, en vez de que se absuelva el caso o acabe
con un simple despido en su trabajo. Y como dijo otra vez Quevedo: donde hay
poca justicia es un peligro tener razón.
Porque la justicia la creamos hace mucho tiempo
nosotros mismos, para el bien de nuestra sociedad y no pensando en que algún
día esto podría dar la vuelta y se pondría a nuestra contra. ¿Pero como se
lucha a favor de una justicia justa? Seguro que mucha gente piensa que no se
puede ir contra el poder porque, al fin y al cabo, en el poder está la justicia
y contra el poder casi nada se puede hacer, ¿no?
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