domingo, 17 de junio de 2012

Nuestra justicia... a nuestra contra


En los tribunales de medio mundo siempre parece la diosa Temis, que representa la justicia. Y en esa diosa se representan todos los puntos importantes que debe cumplir la justicia de un país:
-Los ojos vendados, que significan que la justicia debe ser ejercida sin mirar a quién va dirigida, como sinónimo de equidad.
-La balanza, donde se pesan las razones a favor y en contra para otorgar un fallo justo.
-Y por último, la espada, arma simbólica que protege la ley y la hace cumplir, es decir, la fuerza de la justicia.
Yo después de esto me pregunto: ¿de verdad nuestra justicia, la justicia de España, cumple todos esos puntos?
La justicia se creó para establecer unas normas y reglas, que prohíben o permiten acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones, pero a veces pensamos que la justicia no está de nuestra parte y más aún en estos tiempos, donde vemos que los políticos nos engañan y donde la justicia no hace nada por evitarlo.
¿De verdad esta justicia está siendo justa ahora mismo? Francisco de Quevedo responde a mi pregunta con una sabia afirmación: menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
A lo mejor si yo viviera en otra época no estaría de acuerdo con esta frase, pero tal y como estamos ahora no se me pasa por la cabeza negarla. Ya no sé si pensar en la justicia, porque se ha vuelto una justicia para unos pocos y no para el pueblo, porque la justicia es justicia según el castigo impuesto al crimen cometido y por lo que escucho en las noticias, ni los castigos llegan a la altura del crimen cometido ni se cumple dicho castigo, porque lo que al principio son 10 años en la cárcel, al final se pueden reducir a la mitad “por buena conducta”, aunque yo no creo que exista la buena conducta después de que una persona haya robado o haya matado, por muy arrepentida que esta pueda estar.
Creo que muchas personas coincidimos en el sueño de poder vivir en una sociedad donde la justicia hace de verdad su trabajo, donde si un político roba dinero del pueblo que se le castigue devolviendo lo que ha quitado y yendo a la cárcel, en vez de que se absuelva el caso o acabe con un simple despido en su trabajo. Y como dijo otra vez Quevedo: donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
Porque la justicia la creamos hace mucho tiempo nosotros mismos, para el bien de nuestra sociedad y no pensando en que algún día esto podría dar la vuelta y se pondría a nuestra contra. ¿Pero como se lucha a favor de una justicia justa? Seguro que mucha gente piensa que no se puede ir contra el poder porque, al fin y al cabo, en el poder está la justicia y contra el poder casi nada se puede hacer, ¿no?

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